Descubre qué esperar de la terapia psicológica, conoce las distintas fases del proceso y cómo asegurarte de encontrar al psicólogo o psicóloga que más se adapte a tus necesidades.
El proceso de terapia abarca varias fases cruciales que se orientan hacia la reducción del malestar, la resolución de los problemas de la persona y el desarrollo de habilidades para enfrentar futuras dificultades.
Los mejores psicólogos adquieren el compromiso de ofrecer a aquellos con quienes trabajan un acompañamiento y tratamiento de alta calidad, adaptado a sus necesidades específicas. Para lograr esto, es esencial que se formen continuamente y se mantengan al día con las investigaciones y avances en el campo de la psicología y la salud mental.
Un psicólogo que cultiva un enfoque integrador combinará diversas técnicas y el conocimiento de varias escuelas de psicología. Esto incluye, pero no se limita a, la terapia cognitivo-conductual, la terapia humanista, la terapia sistémica, entre otras.
La actualización constante permite al psicólogo integrar nuevas metodologías y herramientas basadas en la evidencia científica, asegurando así que el proceso terapéutico sea efectivo y personalizado.
- Entrevista inicial:
La entrevista inicial es el primer encuentro entre el paciente y el psicólogo. Puede realizarse mediante una llamada telefónica o durante la primera sesión.
En esta fase, el objetivo principal es establecer una relación de confianza y recopilar información básica sobre el motivo de consulta, ¿Qué te ha llevado a pedir una primera cita?, ¿Por qué has decidido comenzar terapia?
El psicólogo realiza preguntas abiertas para entender qué es lo que te preocupa, la naturaleza del problema, alguna pregunta sobre tu situación actual y tus expectativas respecto a la terapia.
Durante esta sesión, se explica en qué consisten las áreas de especialización del profesional, así como su forma de trabajar, destacando que se evaluará aquello que ha traído a la persona a consulta desde diferentes perspectivas y que se utilizarán diversas técnicas adaptadas a las necesidades de la persona consensuadas previamente.
Esta fase también permite a la persona expresar sus dudas y preocupaciones sobre el proceso terapéutico.
Se decidirá el formato de la terapia: sesiones online, sesiones presenciales o formato híbrido y se explicará y acordará la recurrencia de las sesiones, así como el compromiso de ambas partes para que el proceso terapéutico sea beneficioso y alcancemos los mejores resultados. Recuerda que la adherencia al tratamiento es uno de los mayores predictores de éxito de la terapia.
- Evaluación
La fase de evaluación es fundamental para comprender a fondo la situación de la persona.
Se utilizan herramientas y técnicas diagnósticas para identificar las características de la conducta problema y sus posibles causas.
Suele realizarse durante varias sesiones, ya que es necesario conocer bien a la persona y sus circunstancias, más allá del motivo que le traiga a la sesión para poder ofrecer un plan de tratamiento y detectar las áreas clave en las que debemos trabajar y ganar recursos para reducir el malestar y la preocupación de la mejor forma posible.
Se deben considerar tanto los aspectos cognitivos, emocionales y conductuales, como los contextos sociales y familiares. El psicólogo analiza esta información para desarrollar un plan de intervención personalizado que aborde las áreas problemáticas identificadas.
- Intervención
La intervención es la fase activa del proceso terapéutico, donde se implementan las estrategias y técnicas diseñadas en la etapa de evaluación.
El objetivo es trabajar de forma conjunta para alcanzar los objetivos planteados, que pueden incluir la modificación de conductas problemáticas, la mejora de habilidades sociales, la gestión de emociones y el fortalecimiento de la autoestima.
El psicólogo guía a la persona en el aprendizaje de recursos y herramientas prácticas para enfrentar sus problemas de manera efectiva.
Trabajaremos en el corto plazo las situaciones de la vida cotidiana, en el medio plazo organizando y gestionando futuras situaciones y a largo plazo obteniendo práctica y destreza en los recursos necesarios para hacer frente a las situaciones anteriormente retadoras y mejorar tu relación contigo mismo.
- Seguimiento
El seguimiento es una fase continua que se lleva a cabo durante todo el proceso terapéutico. Consiste en evaluar el progreso y ajustar las intervenciones según sea necesario. Es importante que se revisen regularmente los avances hacia los objetivos establecidos y se discuta de forma conjunta cualquier dificultad o retroceso que pueda surgir.
La persona tiene el derecho y el deber de expresar como se siente, qué propuestas le funcionan y cuales no, para que el psicólogo pueda ir adaptando el proceso y ofreciendo alternativas.
Esta fase es crucial para asegurar que las estrategias implementadas están siendo efectivas y para hacer los ajustes necesarios que garanticen el éxito del tratamiento.
El seguimiento también proporciona un espacio para que se practiquen y refuercen las habilidades adquiridas.
- Alta
La última de las fases de la terapia psicológica es la fase de alta se alcanza cuando se ha reducido el malestar y las preocupaciones y la persona ha logrado los objetivos terapéuticos y ha desarrollado las habilidades necesarias para manejar situaciones similares en el futuro. En conjunto se revisa el progreso alcanzado y celebran los logros obtenidos.
En este punto, se planifica una finalización gradual del tratamiento, con sesiones de despedida y acuerdos sobre posibles contactos futuros si surgieran nuevas necesidades. El alta no implica el fin del crecimiento personal, sino el inicio de una nueva etapa en la que el paciente aplica de manera autónoma los recursos y estrategias aprendidas.
El proceso terapéutico es un viaje transformador que permite a cada persona abordar sus problemas de manera efectiva y desarrollar habilidades para enfrentar futuros desafíos. Durante la terapia el paciente no solo resuelve sus dificultades actuales, sino que también se empodera con herramientas y recursos para una vida más plena y equilibrada.
Gracias por leerme, ¡Nos vemos en consulta!.